El sábado, soportamos una alerta NARANJA
que se tornó en ROJA, que nos trajeron unas lluvias de más de 100 l/m2 y
que nos hicieron rememorar las inundaciones de 1989, aquellas en las
que la ciudad de Málaga se paralizó por unos cuantos días y que anegó
una gran superficie de la misma. Estas últimas lluvias fueron menores (la
cantidad de agua caida es menos de la décima parte que en aquellos días)
pero el hecho de que hubiera llovido, abundantemente, hace quince días
han favorecido las escorrentías superficiales, al encontrarse los
terrenos saturados.
Las
grandes escorrentías generadas por la últimas lluvias, han propiciado
el arrastre de maleza, cañas y toda suerte de tierra y vegetación, e
incluso, lavadoras y neumáticos, abandonados a su suerte en los
diferentes cauces, provocando, a su llegada a la ciudad, el atoro de las
exiguas infrestructuras de desagüe de aguas pluviales.
Bien
es cierto que con una limpieza, de los cauces naturales, los daños
producidos por las lluvias hubieran sido menores, cuestión que viene
reclamando el Ayuntamiento a la Junta de Andalucía que, en definitiva,
es la responsable de la limpieza y acondicionamiento de los cauces
urbanos. Pero también es cierto que estos cauces son eso, "naturales" y
no debería ser necesario tener que limpiarlos. Por otro lado ¿Qué limpieza vamos a hacer de la tierra y piedra de los montes? Sería más bien cuestión de reforestación de las cuencas, pero esa es otra historia.
Sería más propio que, las
aguas que discurran por las infraestructuras de desagüe dentro de la
ciudad, lleguen limpias de todo arrastre de tierras, vegetación y otros
indeseables artefactos para que la sección no se vea mermada con los
depósitos de estos arrastres. Para que esto ocurra, es necesario acometer obras de acondicionamiento de las aguas a la entrada de las infraestructuras urbanas y, ¡OJO!, mantenerlas limpias en el tiempo.
Pero
también no es menos cierto que, las infraestructuras de desagüe de
aguas pluviales y sobre todo las más cercanas a la línea de costa,
están dimensionadas y ejecutadas desde hace más de cincuenta años con
dos hipótesis de cálculo que en su día eran válidas pero que hoy en día
han quedado desfasadas y, por lo tanto, hay que tener en cuenta:
- Los condicionantes de cálculo eran menos exigentes, sobre todo en avenidas, hace cincuenta años.
- La superficie de cuenca urbanizada era mucho menor, por lo que llegaba menor caudal del que llega hoy en día.
Bajo
estas dos premisas, se hace necesaria la revisión de estas
infraestructuras, que llevan en la ciudad más de cincuenta años y que,
muy probablemente, sea necesario actuar sobre ellas o sobre el agua que
les llega.
Pero
de esta cuestión quien debe encargarse no es otro que el Ayuntamiento de Málaga, con el
agravante que acaba de revisar el Plan General de Ordenación Urbana de
la ciudad que es donde se diseña, además del modelo de ciudad que quieres, las
infraestructuras que son necesarias para el buen funcionamiento de la ciudad que has diseñado.
Porque no olvidemos, que un Plan Genral sin infraestructras no es nada
pero como tradicionalmente nos hemos preocupado más de las viviendas
(casi 80.000 en este último, menudo pelotazo en plena crisis del ladrillo) hemos dejado en un segundo plano las
infraestructuras.
Así
que no vengan con cuentos chinos, con eso que el Ayuntamiento no tiene
ninguna responsabilidad, que el momento de plantearse estas cuestiones, de capacidad de las infraestructuras,
es en el modelo de ciudad que quieres, pero INTEGRAL, no sólo las torres
(que están muy bien y cien o ciento cincuenta millones en convenios, no
te cuento) sino todas las infraestructuras que hacen falta para que la ciudad
funcione. Desde hace mucho tiempo sabemos, que el desagüe de las aguas
pluviales es un punto débil de la ciudad y que debería haber quedado
resuelto en el PGOU que acabamos de aprobar pero que al no haberse hecho nos hace pagar las consecuencias.
Por eso, como siempre, las responsabilidades no pueden ir de un lado a otro, tuya, No tuya, Que No Tuya, etc., la reponsabilidad es de los políticos (de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Málaga), de todas todas, al igual que los que pagamos las consecuencias (y las reparaciones) somos los sufridos ciudadanos. ¿Hasta cuando?
¡A ponerse las pilas TOCAN!
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