Siempre a por los mismos.

Cada vez que oimos que no llegamos a los compromisos acordados con Europa sobre la reducción de la deuda, siempre miramos a los mismos, a los funcionarios. Además, siempre con las mismas argumentaciones: Son unos flojos, no producen nada, hay demasiados para lo que hacen...

Y yo me pregunto ¿Estamos hablando de los trabajadores de base o de los puestos directivos (jefes de las diferentes unidades administrativas)?.

Normalmente nos fijamos en los que vemos, los de las ventanillas y los de las mesas de atención al público pero no nos fijammos en los que están metidos en los despachos que, desde mi punto de vista, son los auténticos responsables de que el personal adscrito a su unidad administrativa no produzca lo que se espera de ellos o, directamente, no cumplan con sus obligaciones.

También, es totalmente incierto que no se pueda hacer nada para que trabajen y que el que no quiera trabajar, es imposible que trabaje. Sólo es cierto lo anterior si el Jefe de turno no está dispuesto a trabajar. Pero claro, eso supone demasiado desgaste, organizar las tareas adecuadamente, encargar tareas que se puedan ejecutar con los medios que proporcionas, hacer un seguimiento de las tareas, corregir las planificaciones en función de los resultados y, en su momento, exigir responsabilidades al que no trabaja.

Pues eso, cada vez que piensen en un funcionario vago, piensen en los que no trabajan, pero en todos, no sólo los que se ven sino también en aquellos que lo consienten o lo provocan.
De los Jefes, y el por qué de sus comportamientos, hablaremos en otra ocasión