lunes, 18 de junio de 2012

Agravios comparativos.

Parece ser que para el Sr. Alcalde de Málaga no todos sus ciudadanos son iguales. Los hay de primera y de segunda. O dicho de otra manera, ¿Qué intereses mueven las actuaciones o prioridades de un Ayuntamiento? ¿Cuál es la misión de un Ayuntamiento?

El otro día leía una noticia (en un blog, derivada del diarioSur) por la que el Sr. Alcalde de Málaga ofrecía a la Junta de Andalucía que fuera el propio Ayuntamiento de Málaga quien terminara las obras del Metro en Callejones del Perchel para que los comerciantes no sufrieran más retrasos en la apertura de dicho vial y, por tanto, en sus negocios.

En principio, nada que objetar, bien por el Sr. Alcalde ya que se preocupa de una situación que afecta a una porción de sus ciudadanos intentando solventar una problemática que no ha generado el propio Ayuntamiento pero que están sufriendo parte de sus ciudadanos y, principalmente, los comerciantes de Callejones del Perchel. Su labor está clara, requerir a los responsables que terminen las obras y, en su defecto, hacer dichas obras el propio Ayuntamiento, con cargo al promotor de las mismas.

Pero de todo esto estamos hablando por el ofrecimiento del Alcalde a resolver una problemática que no ha planificado, consentido, ni aprobado el Ayuntamiento de Málaga sino que viene impuesta por el responsable de las Infraestructuras Ferroviarias en la Comunidad Autonómica Andaluza y a la que, el Ayuntamiento de Málga, debe leatad institucional.

En cambio, ahí estamos sufriendo -gran parte de los malagueños ya que tiene mucho tráfico- las obras inacabadas, y provisionales, del acceso desde la Ronda Este a la barriada del Limonar. Recordemos, que estas obras se corresponden con los desarrollos urbanísticos del sector PA-LE.16(97) Colinas del Limonar que, el propio Ayuntamiento, había planificado, aprobado y concedido licencia para las obras de urbanización.

Pero en su bisoñez, a la hora de conceder licencias, se le escapó la posibilidad de que, el promotor de las obras, no cumpiera con sus compromisos urbanísticos y nos dejara dicha comunicación empantanada desde hace más de tres años, cuando estalló la burbuja inmobiliaria. Si añadimos que, en esta infraestructura, no hay comerciantes (bueno quizás la gasolinera facture más que todos los del Perchel juntos) el ayuntamiento lleva más de tres años -y lo que nos queda- sin tomar medida alguna, hacer ofrecicientos, ni cumplir con su cometido. 

Entiendo que, cualquier persona jurídica pueda tener problemas por los que retrasarse en sus compromisos e, incluso, que pueda llegar a no cumplirlos (desgraciadamente lo estamos viendo todos los días). Pero el Ayuntamiento debe tener -y tiene- mecanismos para resolver esos imprevistos y hacer que sus ciudadanos no tengan que estar sufriendo una obra inacabada.

Por lo tanto, lo que se le pide a un Ayuntamiento es, primero que cumpla con sus obligaciones (¿Por qué no le exige a la promotora que termine, al menos, la conexión viaria? ¿Por qué no la termina el Ayto. subsidiariamente) y segundo, que haga esfuerzos, que no le corresponden, en favor del interés general (¿Qué puede haber de interés general en los comerciantes de Callejones del Perchel?).

NOTA: Este que escribe declara que no tiene NADA en contra de los comerciantes de Callejones del Perchel y me solidarizo con ellos en el pensamiento que, la Junta de Andalucía, debería indemnizarles por los retrasos en las obras del Metro de Málaga que, de esta obra, ya escribiremos otro día.

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