domingo, 7 de julio de 2013

¿Qué son las preferencias?

Yo nací en Tetuan, Marruecos -época de mi vida que recuerdo con especial cariño- pero nunca llegue a vivir allí, lo suficiente, como para poder conducir algún vehículo por aquellas tierras. Siempre me tocaba verlo desde el asiento de atrás (aunque la legislación no obligara en aquella época) y desde allí veía cómo, generalmente, mi padre, siempre comentaba que había que circular con muchísima precaución y decía esta frase:

"Aquí las preferencias, es lo que cada uno prefiera. Si quiero pasar paso, si quiero esperar espero".

Con esto, quería reflejar el caos que existía en la circulación de vehículos por las calles de Tetuán y mostraba la imposibilidad de seguir una pauta que te permitiera predecir cuál sería el próximo movimiento del vehículo que te precedía o del que se te aproximaba por un costado.

Pues esto mismo parece ocurrir, con demasiada frecuencia, con las decisiones municipales y así podemos observar los cambios de rumbo en la política municipal y que no nos permiter predecir el próximo movimiento pero, sobre todo, en lo que concierne al urbanismo. En realidad, no son cambios de rumbo sino como la circulación en Marruecos, donde nuestro Sr. Alcalde parece seguir las mismas pautas de preferencias:

 "El urbanismo en Málaga, es lo que yo prefiera. Si lo quiero poner, lo pongo. Si no lo quiero poner, no lo pongo". 

De otra manera, no se entiende que, a dos años de haber aprobado el Plan General de Ordenación Urbana de Málaga y con un asunto que "trae cola" desde hace muchos años, ahora haya que hacer una modificación del Plan General para poder implantar la solución que, aquí y ahora, le parece correcta a nuestro Sr. Alcalde. 

También pueden pensar que, dada la premura con la que se tuvo que redactar el documento, no habían dispuesto del tiempo, mínimo y necesario, para una profunda reflexión sobre el problema e, incluso, haber abierto un debate en la ciudad. Pues tampoco, porque se tardaron más de siete años en redactar el documento, tiempo suficiente para muchos estudios.

Por lo tanto, si seguimos en las mismas, nunca podremos tener una reflexión, seria y profunda, sobre el problema, lo que esperamos de aquel lugar y qué soluciones estamos dispuestos a aceptar, con un balance de lo que vamos a recibir y a lo que estamos dispuestos a renunciar para obtener, de los baños de Carmen, lo que los malagueños esperan.

¡Claro!, pero me surgen una serie de preguntas:
¿Cómo se consigue todo esto sin preguntar?
¿Cómo se consigue ésto sin implicar a los ciudadanos -que por otro lado ya lo están-? 
¿Cómo se consigue ésto sin #Transparencia? 
¿Cómo se consigue ésto sin aportar toda la informaicón que dispone el Sr. Alcalde, a sus ciudadanos?
¿Por qué no han hecho público, a todos los ciudadanos, el proyecto de la concesionaria y las condiciones para su ejecución, si ya lo ha informado urbanismo?
¿Dónde está ese proyecto?

Se abre, por delante -hasta que transcurran los dos años para que finalice el plazo de la concesión-, un interesantísimo proceso que podría ser gestionado con la fórmula de Gobierno Abierto, con toda la transparencia del mundo y colaboración ciudadana, incluso más allá de su mera concepción, en su ejecución, con la colaboración y el trabajo de todos. ¿Por qué no? Pero al final, me temo que se hará lo que prefiera nuestro Sr. Alcalde, haya que modificar lo que haya que modificar, que ya lo ha anunciado.

4 comentarios:

  1. Hay funcionarios muncipales que pretenden el poder de los políticos, en muchos casos alentados por aquello que motivó su entrada en la municipalidad. Cada uno en su lugar.

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  2. Hombreeeee, como en la "Viña del Señor", en la función pública hay de todo.
    Y estoy de acuerdo contigo en que cada uno tiene que estar en su lugar y hacer bien su trabajo. Pero, desgraciadamente, los primeros que no dan la talla son los que mandan porque, si ellos funcionaran, todo funcionaría.

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  3. debemos respetar a los funcionarios, son los técnicos los cualificados, el político debe evaluar la opinión ciudadana y los técnicos adaptarla.

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  4. Juanjo, estamos de acuerdo. Los políticos tienen que detectar las necesidades que tiene la sociedad, que son muchas y muy variadas, y decidir sobre las prioridades para cubrir esas necesidades, asignando presupuestos y medios. Y los técnicos, son los que deben decidir la mejor forma de cubrir las necesidades que han decidido los políticos, atendiendo, en todo momento, a los criterios marcados por los políticos.
    ¡Es fácil! pero hay quien no quiere entenderlo. Cada uno tiene su papel en la sociedad pero parece ser que, los funcionarios, somos un mal necesario porque, si no, nos hubieran eliminado de la faz de la tierra.

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